En este post voy a intentar transmitir lo vivido ayer, antes, durante y después de completar los 42.195 metros que me han convertido en maratoniano.
Ya desde la recogida del dorsal se respira un aire diferente a cualquier otra carrera, se respira maratón, la prueba de fondo que imparte justicia a todos los corredores, tarde o temprano.
Momentos antes de la salida se mezclan nervios, ilusión, consejos, dudas, repaso de las estrategias, en mi caso desconocimiento y hasta un poco de miedo.
Tras el disparo, ya desde los primeros metros, se aprecia el ambientazo que acompaña a los corredores durante toda la carrera. Aún me emociono al recordar lo que se vive al pasar sobre el km 11, por Sagrada Familia o cada vez que escucho mi nombre gritado por conocidos y desconocidos.
Volviendo al inicio, una vez pasado el primer kilómetro, tenía pensado dejarme alcanzar por la liebre de 2h45min, e intentar seguir con el grupo hasta el final. Pero nada más alejado de la realidad… Corro junto al grupo hasta el sexto kilómetro, pero no me siento nada cómodo, como con miedo a que se me escapen. Así que tomo la errónea decisión de avanzar e ir acumulando tiempo a mi favor. Disfruto de la energía que se vive en los kilómetros 11 y 16. Y en el 13 saboreo ansioso, aún con vida, los ánimos de María y Leo.
Pero pronto llega uno de mis tramos temidos (y no me equivocaba), la av. Meridiana. Más de cuatro kilómetros de ida y vuelta, por el que se alcanza el medio maratón, en mi caso en 1h 22min 26seg. Sigo en tiempo objetivo, pero sé que es cuestión de tiempo que voy a pagar la osadía del principio.
A partir del kilómetro 23 me espera Bruno para acompañarme hasta meta, pero rápido se da cuenta que no voy bien, e intenta por todos los medios que vuelva a luchar por las 2h45min.
Mis piernas no estarían para eso, así que solo faltaba esperar hasta donde podían llegar, pero Bruno no deja que me hunda, y me empuja hasta la meta. Nunca había estado tan cerca del abandono y gran parte de este maratón lo completé gracias a él.
A partir del kilómetro 26 corro por encima de los 4 min/km y en cada parcial voy perdiendo segundos. Sobre el 30 me supera el grupo de 2h45min y la fatiga muscular sigue en aumento. Pero al fin llego al kilómetro 40, donde solo el Paralel me separa de la meta y donde los ánimos de María y Leo (para quienes busqué la mejor de mis sonrisas, siendo otro el resultado) junto a mis padres, Pablo, Chechi y cientos de voces gritando mi nombre, me dan el último empujón hasta la meta.
Cruzo la meta, con mucho más sufrimiento de lo que esperaba, en 2 horas 52 minutos y 46 segundos, como 198º clasificado.
https://xipgroc.cat/ca/curses/MaratoBCN2018/42k/resultats
Pero a los pocos minutos, una vez más, ocurren cosas maravillosas que te hacen olvidar el sufrimiento…
… y hasta te hacen pensar en el siguiente maratón (donde poder regalarles la mejor de mis sonrisas en los últimos metros).
Esta entrada se empezó a escribir casi 365 días antes, cuando Leo tenía menos de un mes, desentrenado, viendo por la tele la llegada del maratón de Barcelona, contando con la mejor motivación posible, una distancia temporal muy cómoda y con mucho que aprender…
… me propuse completar el maratón de Barcelona de 2018, sobre las 2 horas 45 minutos. Dicho y hecho, en marzo del 2017 ya estaba inscrito. Ahora solo hacía falta recuperar un estado de forma aceptable antes del verano, empezar a entrenar en septiembre seis días por semana y a mediados de noviembre empezar el modo maratón.
La principal diferencia de este reto con cualquier otro que me hubiese propuesto antes, es que ya no solo María me daba confianza y alas para lograrlo, sino que ahora Leo también formaría parte imprescindible de este puzzle motivacional para ayudarme a volar.
La fase de recuperación de la forma física antes de verano fue un fracaso. Mis piernas aguantaron dos meses de entreno moderado y dos carreras por encima de 37 minutos. Así que hubo que parar para identificar los errores y retomar el plan a partir de julio.
El mes de julio y Biescas fue el lugar y el momento ideal para empezar desde cero. Alternar la bicicleta y la carrera a pie, en un entorno casi mágico, facilitó mucho las cosas. Y una vez en Badalona continuó el periodo de adaptación hasta septiembre.
A partir de septiembre el plan era entrenar 6 días por semana, con el consecuente incremento de kilómetros y ritmos, pero siempre atento a posibles molestias. Pero las molestias no llegaron, así que cada semana corría entre 60-70 kilómetros.
El 15 de octubre fue el día elegido para volver a correr una carrera, en el mejor escenario posible, el Correbarri. Los 36:35 me supieron a gloria, puesto que bajaba un minuto de las carreras de mayo y sobre todo las piernas respondían.
Semanas y kilómetros después llegaron Sants, Sant Martí y Jean Bouin, con marcas similares.
En noviembre aumento de nuevo ritmos y kilómetros, completando mis primeros 20 kilómetros a ritmo, y a mediados de diciembre otro 10.000 en carrera, consiguiendo volver a los 35 minutos. A finales de diciembre los kilómetros semanales pasan de 80.
Durante la primera semana de enero una gastroenteritis me deja k.o. Una semana parado hace temblar el objetivo propuesto, pero aunque estuve muy flojo físicamente, anímicamente seguía volando.
El mes de febrero me mostraría si el objetivo era realista e iba por buen camino. Primera Mitja de Granollers, Mitja de Barcelona y Maratest de 30. Hubieron sensaciones de todo tipo, pero sobre todo el Maratest me enseñó que en el Maratón no debía ser confiado, de lo contrario el objetivo se esfumaría.
Antes de saber el desenlace, me siento ganador por haber vivido este proceso con tanta gente diferente, compartiendo momentos, kilómetros, risas, impresiones, dudas y experiencias, con quienes el camino recorrido ha sido mucho más llevadero…
… María y Leo, a vosotros os debo todo. Me habéis hecho correr y vivir, más y mejor. Todo se vuelve mágico cuando lo hacemos juntos y esto lo hemos hecho juntos.
Llegó el día de volver a correr en pleno centro de Barcelona, tras unas últimas carreras por los alrededores, junto a 12.000 corredores más, esto es la 93ª edición de Jean Bouin, una de mis carreras preferidas del calendario.
A pesar de no ser un 10.000 rápido del todo, ya que a partir del 7º kilómetro la cosa se complica, mi predilección por esta carrera se debe al buen recuerdo que guardo de mis anteriores participaciones, donde conseguía MMPs en dos de ellas. Pero esa era otra época… Hoy a pesar de las ganas, el físico no está a la altura, y soy consciente de ello.
Una vez en el punto de encuentro, charla, calentamiento y directos al cajón de salida para evitar embudos en los accesos. El plan de hoy es correr el primer 5.000 a 3’30» y a partir del 7º intentar no tirar a la basura todo el trabajo.
Salida rápida, con un primer mil a 3’19» y el resto hasta el 5.000 rozando los 3’35», pero sin estar cómodo. Paso por la mitad de carrera en 17:41. El sexto kilómetro se me atraviesa un poco, pero recupero en el séptimo. A partir de ahí llega mi lenta (nunca mejor dicho lo de lenta) agonía. Todos los parciales que quedan los corro por encima de 3’50» y sufriendo a tope.
Cruzo la meta en 36:41, como 106º clasificado.
http://xipgroc.cat/ca/curses/JeanBouin2016/10k/resultats
A pesar de la marca de hoy (la peor de mis cuatro participaciones), termino la semana animado por haber corrido una buena primera parte de carrera y reconociendo que cada vez me cuesta más sufrir. Habrá que intentar, antes de que acabe el año, saber reconocer ese sufrimiento y no dejarse vencer por él, para acariciar el 35.
Mientras tanto, hoy María apuntaba y preparaba la cámara y su magia mirando hacia otro lado…
Décimo segunda carrera del año, esta vez ya con frío casi invernal, en Rubí y participando en una prueba de las que no suelo repetir por la dureza de sus cuestas. Eso sí ambiente excelente y genial trato a los participantes.
A priori, no es una de las carreras que hubiese elegido, pero al haber empezado tarde la temporada, y debido a que cada semana mi cuerpo asimila mejor los entrenamientos, me decido a probar suerte.
Hoy el calentamiento es obligado para esquivar el frío, y justo al acabar directos a la salida, esta vez junto a unos cuatrocientos corredores.
Una vez en carrera, primer mil en 3’23» y hasta el cuarto kilómetro con continuos sube y baja, alternando ritmos de 3’46» y 3’31», en solitario y sobre la vigésima posición. Pero a partir de aquí la carrera sube sin parar hasta pasado el sexto kilómetro donde los ritmos caen por encima de 4’30» y pierdo unas cuantas posiciones. Pero como no, todo lo que subimos había que bajarlo, así que intento recuperar el tiempo y las posiciones perdidas en la subida. Adelanto a unos cinco o seis corredores y corro tanto como puedo, marcando un séptimo parcial de 3’13». Al acabar la bajada continúan los sube y baja, y recta final a tope.
Cruzo la meta en 38:27, como 17º clasificado.
http://xipgroc.cat/ca/curses/Rubi2016/10k/resultats
Una vez más, me vuelvo a estrellar con la realidad de que las carreras de este tipo no son lo mío, pero hoy no se trataba de eso. El objetivo era restar otra carrera de las 14 y afinar de cara a Jean Bouin.
Después de fracasar en la edición del 2015 cambiando por completo el formato, la Cursa de Bombers vuelve al modo original que tanta expectación se había ganado edición tras edición, pero esta vez sin ir de la mano de Nike.
Por mi parte, llego a esta cita después de sentirme derrotado en Correbarri hace dos semanas (tanto que ni escribí crónica). Allí no conseguí sentirme cómodo en ningún momento, y las sensaciones fueron empeorando a cada kilómetro. Buscando explicaciones a ello, encontré los motivos: tengo que vaciar la mente a la hora de correr y sobre todo tengo que ser más riguroso con los entrenos. Así que hoy llego aquí tras haber entrenado bastante bien durante estas dos semanas, y con la mente casi preparada para reconocer los pensamientos y dejarlos pasar.
Al reunir hoy 14.000 personas, hasta el calentamiento es multitudinario. Breve rodaje soltando y activando musculatura y, con el margen suficiente directos al primer cajón.
Salida al ritmo previsto a pesar de ir esquivando corredores, con un primer mil en 3’24» . A partir de ahí se sube el Paralelo y hay que guardar fuerzas para más tarde, así que los ritmos rondan los 3’40» .
Llego al 5.000 en 18:08 y las sensaciones no son malas del todo, así que a partir de aquí intento que el ritmo no se hunda y apretar lo que pueda en el último kilómetro. Dicho y hecho, llegados a Vía Laietana corro todo lo que puedo, marcando un último parcial de 3’27».
Cruzo la meta en 36:19 como 137º clasificado.
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A pesar de haber registrado hoy el peor crono de todas mis participaciones (2013, 2014 y 2015) en esta carrera, termino satisfecho por haber encontrado la senda por la que seguir y dejar pasar a los monos en lianas que en ocasiones nos impiden tener la mente vacía en nuestro día a día.
Seguimos en dos semanas…
Una semana más, en busca de mejores sensaciones en carrera, participo en esta carrera solidaria, donde la recaudación es invertida en la investigación del cáncer infantil.
Durante esta semana, los entrenos realizados han ido acompañados por sensaciones cada vez mejores, lo que hace llegar al domingo mucho más motivado. A pesar de ello y a juzgar por los tiempos de la edición anterior, esta no es un carrera para comprobar el estado de forma, puesto que el recorrido está marcado por fuertes subidas y por atravesar gran parte de éste por pistas forestales.
Hoy breve calentamiento en solitario, y al tratarse de una carrera de unos quinientos participantes, me coloco en la parte delantera de la salida.
Salida muy conservadora integrado en el grupo de cabeza, rodando el primer mil en 3’35». Pero en el segundo se encuentra una de las rampas y me coloco sobre la novena posición, que mantengo hasta el quinto kilómetro donde avanzo una. En el sexto kilómetro encontramos la subida más dura, esta vez por pista forestal, donde se me escapan los dos corredores que tengo delante. Intentando correr al máximo en las bajadas y no desfondarme en las subidas, mantengo la posición hasta la meta.
Cruzo la meta en 40:06 como 8º clasificado. (aunque esta el GPS marcó algo más de 10,4 km).
http://xipgroc.cat/ca/curses/ParetsUGT2016/10k/resultats
Con esta van cuatro carreras seguidas en cuatro fines de semana. La próxima será la quinta semana, pero esta vez con una de las citas de la temporada para la mayoría de runnners. Correbarri es el test ideal para saber donde estarán las marcas en lo que queda de año, y donde se olvida el parón veraniego para dar nuestra mejor versión.
Por tercera semana consecutiva me pongo bajo un arco de salida. Esta vez se trata de la segunda edición de la cursa de Mercabarna, la cual además del atractivo de promover su carácter solidario, es que se desarrolla en su totalidad dentro del propio polígono que alimenta Barcelona.
La carrera de hoy no auguraba una gran marca ya que justo después de la carrera de la semana anterior, me acompañó hasta hoy mismo un molesto resfriado y sus desagradables efectos colaterales (vamos, que pasé la semana como una sopa). Aún así el recorrido plano y la generosa bolsa del corredor animan a cualquiera.
Tras la algo caótica recogida de dorsal y camiseta, me reúno con los Marines poco antes de la salida, compartimos charla, calentamiento y tras éste directos al primer cajón de salida.
Hoy no hubo lugar a un milagro de última hora. Desde el primer kilómetro mis piernas y sobretodo mis pulmones no querían colaborar. A pesar de un primer mil a menos de 3’30’, el resto de parciales caían irremediablemente. Paso por el 5.000 algo por encima de los dieciocho minutos y a seguir sufriendo.
Antes del kilómetro seis me adelanta el gran Toni A. y se pasa casi el resto de la carrera tirando de mi, sin dejar de animarme en todo momento.
Llego a meta en 37:20, como 17º clasificado.
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En carreras como las de hoy, donde el cuerpo no acompaña, el ánimo recibido por parte de esas personas que siempre están cerca, te hacen seguir corriendo y compartiéndolo física y/o virtualmente.
(una de esas personas es María. Ella es el eje de todo mi mundo. No sólo por el apoyo segundo a segundo, sino por la capacidad de hacer todo lo que se proponga lleno de amor y dedicación. *ejemplo: llegada agónica de Javi, María la convierte en una foto de lo más digna) 🙂
Una semana después de la cursa de la Mercè y con una semana más de entreno en mis piernas, participo en la primera edición de la Bimbo Global Energy. Una carrera donde la particularidad es que se disputa en 37 ciudades de todo el mundo el mismo día, y en España las ciudades elegidas son Madrid y Badalona (aunque en la publicidad de la carrera aparece Barcelona).
Además del aliciente de correr en Badalona, el recorrido es similar a la Bdn Running pero en sentido contrario (como se corrió los dos primeros años), y a mi personalmente me gusta más. De esta manera intentaré recuperar el buen feeling que tenía años atrás cuando corría en casa.
Una vez en la zona de salida, hay reencuentro con un viejo amigo, así que hoy comparto calentamiento con los Marines y con el enorme hoy Pablo Carreras.
Pocos minutos antes de la salida me dirijo a la parte delantera de ésta y al poco tiempo se da el disparo.
El primer mil, algo más rápido que en la Mercè a 3’21» y en compañía de Pablo y Andrés.
El grupo se desmonta y consigo mantener el ritmo cercano a los 3’30» sólo hasta el tercer kilómetro. A partir de ahí no consigo estar cómodo, a pesar de estar corriendo sobre los 3’40». Paso por el 5.000 algo por debajo de los dieciocho minutos. Antes de encarar los dos últimos kilómetros hay que cruzar la vía del tren por el paso de Canyadó. La subida me deja totalmente fundid0 y pierdo dos posiciones en el último tramo.
Entro en meta en 36:56 como 9º clasificado, y a pesar de estar corriendo casi por inercia, María sabe sacarme en las fotos como si fuese todo un campeón.
http://xipgroc.cat/ca/curses/Bimbo2016/10k/resultats
A pesar de no encontrarme del todo bien, hoy ha servido para acumular más kilómetros rápidos en el cuerpo y seguir sumando carreras.
Antes de lo que me gustaría, debido a su cercanía con las vacaciones y a lo que todo ello conlleva, otro año más llega la cursa de la Mercè, donde muchos de los corredores la utilizamos directa o indirectamente como indicador de forma actual.
En mi caso han pasado muchos meses y muchas nuevas experiencias desde mi última carrera. Después de Cardedeu hubo boda, viaje, más viajes y alguna cosilla más desde hace 18 semanas.
Retomo los rodajes en muy baja forma a mediados de agosto e intento no cargarme de kilómetros hasta poder correr más rápido. Eso sí, rodando también en estas últimas semanas hasta en 5 comunidades autónomas diferentes.
Hoy, como no podía ser de otra forma, llego al punto de encuentro junto a María y pronto nos reunimos con el resto de Marines que corren hoy.
Tras la foto, breve calentamiento y directos al cajón de salida. Hoy el plan es salir a 3’30» e intentar que la fatiga llegue lo más tarde posible (eso es, la táctica de casi siempre).
Salida multitudinaria y algo más lenta de lo que acostumbro, marcando el primer mil en 3’25». Con los siguientes parciales cercanos al 3’30» paso por el 5.000 en 17:51. A partir de ahí el ritmo cae progresivamente, hasta llegar al noveno kilómetro donde se desploma del todo. Eso sí, en la recta de meta doy todo lo que me queda.
Entro en meta en 36:52, como el 99º clasificado. Sí amigos, eso es otra forma de redondear una carrera, dorsal 99 y 99º clasificado.
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En resumen satisfecho. Las sensaciones hasta el 5.000 han sido muy buenas y la segunda parte de carrera se ha visto empañada por la falta de kilómetros en los entrenos, lo cual tiene fácil solución.
Restado la de hoy, me faltan ocho carreras para acabar el año, así que continuamos la semana que viene.
A pesar de ser una mañana pasada por agua, hoy en la cursa de Cardedeu he disputado la última carrera de una etapa importante en mi vida.
El recorrido mixto, empezando en subida y terminando en bajada, es muy ameno y distraído, sólo empañado por la lluvia que nos ha acompañado durante toda la prueba, a la que llego con las mejores sensaciones en lo que llevamos de temporada, acumulando entrenos de calidad semana tras semana.
Una vez activado el cuerpo con el calentamiento, me dirijo al arco de salida, donde en la parte adelantada de éste se agrupan la mayor parte de los favoritos.
Tras el disparo de salida esperan seis kilómetros de subida prácticamente constante, donde en los dos primeros bajo de los 3’30», pero a medida que avanzamos y sobre todo al entrar en la pista de arena el ritmo cae en picado.
Paso por el 5.000 en 18:21, integrado en un grupo de cuatro corredores, pero al paso por el sexto parcial y al aumentar el ritmo, sólo quedamos dos. Los últimos tres kilómetros, ya en bajada toca dejarse llevar.
Cruzo la meta en 36:54 como 12º clasificado de la general y 8º de mi categoría.
http://xipgroc.cat/ca/curses/Cardedeu2016/10k/resultats
Con esta carrera termina la primera parte de la temporada y una etapa de mi vida. La próxima carrera la correré con un anillo en la mano y con una sonrisa aún mayor, ya que tras cruzar la meta quien me esperará será mi mujer.
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